BELGRANO FUE EL EPICENTRO EN ARGENTINA DE LOS FESTEJOS POR EL AÑO NUEVO CHINO
Un dragón colorido correteaba por las calles y veredas del barrio de Belgrano, mientras cientos de personas trataban de alcanzarlo para darle palmaditas y asegurarse buenos augurios. Ayer, cerca de las 15, la música oriental entretenía en una agobiante tarde de calor, a la vez que el aroma a comida china invitaba a quedarse y disfrutar de los festejos.
Ceremonias budistas, desfiles, las tradicionales Danzas del Dragón y del León, exhibiciones de artes marciales, de ensamble de tambores Taiko, de la ceremonia del té y de caligrafía china fueron sólo algunas de las decenas de demostraciones del talento oriental que se desarrollaron durante toda la tarde para darle la bienvenida al año lunar 4710, año del dragón, que comienza el 23 de enero y se extiende hasta el 9 de febrero de 2013.
En esta ocasión y debido a la gran expansión de su cultura en nuestro país, la celebración se llevó a cabo en las calles del Barrio Chino y se extendió a las Barrancas de Belgrano. Los organizadores calculan que unas 65.000 personas participaron (muchas más que el año pasado) y esperan que en los festejos de hoy, que serán desde las 15 hasta las 22, se multiplique esa cantidad de gente.
La inauguración oficial del "despertar del dragón" estuvo a cargo del embajador de China en la Argentina, Ying Heng Ming, en el escenario de Barrancas de Belgrano, que destacó la integración entre ambos pueblos y agradeció "a los amigos argentinos por acompañar la alegría y el ambiente" de la fiesta. Varias fueron las demostraciones de integración cultural entre ambos países, como las exhibiciones de tango y los shows de folklore y malambo que se intercalaron con las actividades orientales.
"Este será un año vigoroso, próspero y feliz, en el que al cumplirse el 40 aniversario de las relaciones diplomáticas entre la Argentina y China habrá muchas actividades entre Buenos Aires y Pekín", señaló el embajador. Ying Heng Ming estuvo acompañado por el ministro de Ambiente y Espacio Público porteño, Diego Santilli, y el animador de la fiesta, Carlos (Lin -Lin Wen Chen, su verdadero nombre)-, el primer locutor nacional de origen chino.
"Cada vez son más las personas que quieren participar. En estos ocho años de festejos, hemos creado fuertes lazos con los argentinos y buscamos que se rompa ese mito de que los chinos somos cerrados, amargos y conservadores", dijo Angela Chung, de 35 años, desde el stand del Instituto de la Medicina Tradicional China.
Según la cultura y la mitología oriental, el dragón es un animal de buena suerte. En la antigua China era considerado el guardián de los tesoros, de la sabiduría. "El dragón es noble, fuerte, valiente, además se ocupa de cargar el ambiente de buenas energías", afirmó Ana Kuo, miembro de la Asociación Cultural Chino Argentina (ACCA).
"Es la segunda vez que vengo y me encanta, es una fiesta llena de vida", dijo entusiasmada Nancy Eberle, de 43 años. Libia Herrera, una peruana de 46 años, miraba sorprendida pasar al dragón: "Mi hermano nos comentó sobre la fiesta y vinimos con mi hija y mi mamá. Aprendimos sobre la cultura china, sus comidas y sus bailes. También compramos sandalias, abanicos y velas de recuerdo".
Paladares orientales
Alrededor de 100 puestos gastronómicos y culturales, todos cubiertos de telas rojas y ribetes dorados, estuvieron distribuidos entre los dos escenarios con pantallas, luces y sonido, uno ubicado en la Plaza de la Glorieta y el otro en el Barrio Chino. Sitios que vendían brochet s de mariscos y cordero, rolls de sushi, arroz salteado, arrolladitos primavera, bolitas de arroz dulce, galletas de la fortuna, té de calabaza, rojo, verde, jugos de extraños sabores y hasta empanadas santiagueñas. Otros stands proponían a los visitantes comprar pequeños muñecos y esculturas de la suerte: dragones, gatos, tortugas y sapos de tres patas, símbolos de riqueza, protección y prosperidad.
El festejo culminará hoy a la noche, cuando la canción oficial "La descendencia del dragón" se haga escuchar y decenas de miles de espectadores, bajo la luz de la luna, brinden juntos por un nuevo año.
Ceremonias budistas, desfiles, las tradicionales Danzas del Dragón y del León, exhibiciones de artes marciales, de ensamble de tambores Taiko, de la ceremonia del té y de caligrafía china fueron sólo algunas de las decenas de demostraciones del talento oriental que se desarrollaron durante toda la tarde para darle la bienvenida al año lunar 4710, año del dragón, que comienza el 23 de enero y se extiende hasta el 9 de febrero de 2013.
En esta ocasión y debido a la gran expansión de su cultura en nuestro país, la celebración se llevó a cabo en las calles del Barrio Chino y se extendió a las Barrancas de Belgrano. Los organizadores calculan que unas 65.000 personas participaron (muchas más que el año pasado) y esperan que en los festejos de hoy, que serán desde las 15 hasta las 22, se multiplique esa cantidad de gente.
La inauguración oficial del "despertar del dragón" estuvo a cargo del embajador de China en la Argentina, Ying Heng Ming, en el escenario de Barrancas de Belgrano, que destacó la integración entre ambos pueblos y agradeció "a los amigos argentinos por acompañar la alegría y el ambiente" de la fiesta. Varias fueron las demostraciones de integración cultural entre ambos países, como las exhibiciones de tango y los shows de folklore y malambo que se intercalaron con las actividades orientales.
"Este será un año vigoroso, próspero y feliz, en el que al cumplirse el 40 aniversario de las relaciones diplomáticas entre la Argentina y China habrá muchas actividades entre Buenos Aires y Pekín", señaló el embajador. Ying Heng Ming estuvo acompañado por el ministro de Ambiente y Espacio Público porteño, Diego Santilli, y el animador de la fiesta, Carlos (Lin -Lin Wen Chen, su verdadero nombre)-, el primer locutor nacional de origen chino.
"Cada vez son más las personas que quieren participar. En estos ocho años de festejos, hemos creado fuertes lazos con los argentinos y buscamos que se rompa ese mito de que los chinos somos cerrados, amargos y conservadores", dijo Angela Chung, de 35 años, desde el stand del Instituto de la Medicina Tradicional China.
Según la cultura y la mitología oriental, el dragón es un animal de buena suerte. En la antigua China era considerado el guardián de los tesoros, de la sabiduría. "El dragón es noble, fuerte, valiente, además se ocupa de cargar el ambiente de buenas energías", afirmó Ana Kuo, miembro de la Asociación Cultural Chino Argentina (ACCA).
"Es la segunda vez que vengo y me encanta, es una fiesta llena de vida", dijo entusiasmada Nancy Eberle, de 43 años. Libia Herrera, una peruana de 46 años, miraba sorprendida pasar al dragón: "Mi hermano nos comentó sobre la fiesta y vinimos con mi hija y mi mamá. Aprendimos sobre la cultura china, sus comidas y sus bailes. También compramos sandalias, abanicos y velas de recuerdo".
Paladares orientales
Alrededor de 100 puestos gastronómicos y culturales, todos cubiertos de telas rojas y ribetes dorados, estuvieron distribuidos entre los dos escenarios con pantallas, luces y sonido, uno ubicado en la Plaza de la Glorieta y el otro en el Barrio Chino. Sitios que vendían brochet s de mariscos y cordero, rolls de sushi, arroz salteado, arrolladitos primavera, bolitas de arroz dulce, galletas de la fortuna, té de calabaza, rojo, verde, jugos de extraños sabores y hasta empanadas santiagueñas. Otros stands proponían a los visitantes comprar pequeños muñecos y esculturas de la suerte: dragones, gatos, tortugas y sapos de tres patas, símbolos de riqueza, protección y prosperidad.
El festejo culminará hoy a la noche, cuando la canción oficial "La descendencia del dragón" se haga escuchar y decenas de miles de espectadores, bajo la luz de la luna, brinden juntos por un nuevo año.
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